El cuervo se enamoró de una paloma y sin dudarlo odió su negrura y su canto. Su naturaleza.
Quiso ser de colores lindos y vistosos, pero la imagen que le regalaba el lago era totalmente distinta, y sin saber que los cuervos lloran se ahogó en llanto, sin saber que los animales sienten estaba enamorado.
Miró a su amnante en la distancia, amor imposible y tonto. Imaginó las estupideces clásicas de las iluciones, bailó con los ojos cerrados al compás del silencio y luego abrio los ojos. Estaba ella, la distancia y su negrura.
Desplegó sus alas y el viento lo llevó a donde le dio la gana, su mente divagaba entre lo correcto y lo incorrecto. Mientras la realidad decía verdades lastimeras, el alma atormentada en un afán de dar consuelo, dictaba falsas esperanzas.
Luchar contra la naturaleza es de idiotas. Si ya has nacido de una manera para que tratar de vencer la genética, si soy un negro cuervo que representa la noche más oscura, la muerte de los hombres y una maldición.
Soy el hijo de una especie nociva, me alimento de vísceras y carroña sin embargo inteligente y como ser inteligente cometo estupideces.
Pareciera que entre mas inteligentes somos mas somos capaces de ser presa fácil de sentimientos erróneos, lejos de toda lógica y razón.