viernes, 13 de enero de 2012

Panamá

Cuando la noche se asomó por la ventana yo ya estaba lista para salir. El carro con los amigos pitando en la calle con el volumen  a todo dar.
Salimos hacia a tomar algunas cervezas  sintiendo la brisa del mar y el sonido de las olas. Luego abordamos la chiva parrandera hasta el casco viejo donde siguió la fiesta rodeados de historia.
Recibimos el amanecer  y buscamos la hielera para salir volando a Santa Clara. El mar las olas los amigos, música y muchas cosas que alegran la vista nadando entre las olas.
Panamá es el único país del mundo donde siempre hay motivos para celebrar.
Las navidades en familia, los año nuevos en Las Tablas son un carnaval, en enero las playas y los ríos de aguas cristalinas y refrescantes.
En Panamá podemos comenzar la rumba en el Atlántico y a la mañana siguiente refrescarnos en  las olas del océano Pacífico.
Panamá, podemos compartir una fiesta con personas de todas partes del mundo y hacerlos sentir en casa.
En febrero los carros cisternas, saltadera y mucha agua. Música y bailes en todas las calles, olvidando formalismos y el estrés de la vida diaria.
Después vienen todas las fiestas patronales, podemos gozar al son del tamborito, el acordeón. Abrazar a nuestra pareja mientras bailamos bien apretaditos en un jardín. Gozar de todas nuestras tradiciones que se conservan inmutables en pleno siglo 21.
Las fiestas patrias, donde sigue la rumba al ritmo de las dianas, al ritmo del tambor. En un país vestido tricolor. Con las niñas elegantes del batallón, con el baile de las bastoneras, la salsa del bombo. El pecho rebosante de orgullo de ser panameño. Para luego esperar la noche y salir a la discoteca o a dar una vuelta en la chiva parrandera.
Gozamos con los juegos de la selección, con el beisbol. Con las discotecas ambulantes, las ferias regionales.
En panamá…es el único país del mundo donde siempre hay y habrá un motivo para celebrar y si no simplemente… lo inventamos.

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