sábado, 16 de abril de 2022

La muerte y la vida se encontraron en el frio y pálido pasillo del hospital. Era frecuente cruzar caminos en ese lugar, sin embargo, ese día buscaban a la misma persona. Hola, vieja amiga, dijo la vida a la muerte que se encontraba escondida en una esquina. Nuestros caminos hoy se encuentran en una encrucijada. El niño recién nacido se aferraba a la vida, mientras el paciente en intensivo se resignaba a la muerte, ¿por qué te empeñas en llevarte el infante?, el niño quiere vivir y se merece hacerlo, mientras aquel rufián desperdició su vida entre drogas y alcohol. Cambia tu camino y llévate al chico. Me extrañan tus palabras, vida, siempre te consideré objetivo, pero hoy, me dices que una vida vale más que otra. Acaso ese chico no merece una oportunidad. Ha tenido varias, dijo la vida con un susurro. Ha regresado a sus andanzas ante cada nueva encrucijada, si tengo que decidir a quién darle mi soplo será a aquel niño que aún no ha tenido la oportunidad de decidir. Pues yo no vine por el chico, dijo la muerte. Vine por el recién nacido. No creo que cambie de opinión ante tu súplica. ¿sabes acaso que futuro tendrá? ¿si será mejor que aquel que hoy se rinde en cuidados intensivos? - No. Pero ya uno tomó sus decisiones y el otro no ha tenido la oportunidad. - Igual se equivocará. En estos tiempos da lo mismo rezarle al diablo o a la cruz. No te dejes engañar por la ternura de su pequeño tamaño. Todos los peores asesinos, dictadores y pedófilos fueron tiernos bebés. puede ser la bendición de sus padres o que eviscere sus entrañas mientras duermen. No compliques las cosas. Yo fui elegido a venir por él, y así será. - Ambos hemos cruzado nuestros caminos con igual objetivo. Pelearé el alma de ese infante, merece vivir. - No me iré con las manos vacías. Déjate de sentimentalismos. ¡porque duele tanto la muerte de un niño que aún no da nada al mundo? Mientras que una madre, un padre o un hermano son velados y olvidados hasta por sus propios familiares. Cada vez los cementerios están más llenos de abandono, menos flores y más olvido, tumbas llenas de polvo, pintura descolorida que se cae a pedazos, sin nombres sin amor ni lágrimas. - Son los menos, el dolor no está en una tumba se lleva dentro. - Te equivocas, es duro que tu cuerpo se pudra sin una lágrima. - El amor se da en Vida. - El que no ama en vida, no ama en la muerte. El que te amó en vida empapa tu suelo de llanto y flores. - Discrepo. el cementerio es un vertedero de materia putrefacta, que nada tiene que ver con el amor y la persona. - Por eso nadie te valora vida, pasan los años buscando sentimentalismos y cosas materiales. cuando me ven de frente descubren lo que en verdad es importante. Lástima que eso pase demasiado tarde y se aferren a ti como un náufrago a la tabla cuando ya solo queda hundirse. Lloramos ante un cuerpo inerte, y mientras respiraba solo era uno más. Era más importante un comentario positivo en las redes sociales, un video que un abrazo o un consuelo. No vengas a decirme que la vida hace que valores, si el que demuestra los verdaderos sentimientos soy yo, la ausencia la falta de resignación. - En eso tienes razón. pero no justifica llevarte a ese bebé. el médico está haciendo todo para salvarlo, ante el llanto de su madre y la ilusión de los familiares en la sala de espera. A ese malandro herido en un robo nadie lo espera, solo un policía que juega con las esposas mientras camina en el pasillo. ¿acaso no es mejor la muerte que la falta de libertad? - Justicia, ajuste de cuentas en vida. Eso lo decidió tu Dios y no yo. ¿Qué te hace pensar que a tu infante no lo esperen de la misma manera en un futuro? - Mi Dios es justo. - Olvidaste el antiguo testamento al parecer. Sin embargo, mi viaje hasta aquí tiene que concluir no puedo perder más mi tiempo y menos entre guerras, hambruna y pandemias. Tu justo Dios esta llevándose inocentes cada minuto y culpables cada segundo. Soy muy ocupada. Solo te digo Vida que no te vuelvas a meter en mi camino. Porque tu no eres valorada hasta que yo muestro mi rostro. La muerte tomó un alma y partió, el niño lloró ante el asombro de todos en la sala de partos. La madre gritó una alabanza, el pediatra orgulloso respiró tranquilo y preguntó a la orgullosa madre: ¿qué nombre le pondrá al hermoso niño? -Ted...Ted Bundy

1 comentario:

Anónimo dijo...

Que belleza, hasta donde una persona tiene la capacidad de meterse en un escrito así, yo lo disfrute y me encantó, felicidades a la escritora auguro muchos éxitos en sus esctitos!