miércoles, 28 de septiembre de 2011

Alas de Angel



El ángel que había cumplido mil misiones hoy se ha quebrantado. Sintiéndose incapaz de llevar a cabo la importante misión que le han encomendado por primera vez pide a Dios explicaciones, este no se siente obligado a darlas, si después de todo ¿Quién es ese ser creado por El para cuestionar sus actos?
El ángel se quiebra en llanto. Desea decir que es incapaz de cumplir su trabajo. Sin embargo Dios insiste y no puede eludir lo que se le ha encomendado.
Baja dudoso a la tierra. Ve al niño moribundo en la cama de hospital. Toma forma humana y lo toma en sus brazos. Dice a su  madre que lo siga con un gesto casi imperceptible.
Ambos caminan por el frió pasillo sin pronunciar palabras. El nudo en la garganta impide respirar. La saliva se espesa en la boca mientras los tres cruzan el portón del hospital hacia el helicóptero.
 Hoy te llevare al cielo pequeño niño le susurra directo a sus pensamientos, mientras el niño sonríe sin mover los labios. Ahora te llevare en esta nave pero más tarde te llevare con mis alas donde tu verdadero padre. Yo mismo le he preguntado porque tú, siendo tan niño debiste sufrir tanto, veo a tu madre demacrada y ojerosa, desde lejos respiro su sufrimiento está acabada, su piel dibuja la silueta de sus huesos.
Sé que soy un ángel como tú lo serás muy pronto y sin embargo me lleno de preguntas todas ellas sin respuesta.
 Si yo pudiera darte mi inmortalidad para que no sufrieras y poder borrar de tu  madre tanto llanto. Pero sé que es imposible, y dentro de una horas partirás también en mis brazos, para volar donde no hay lágrimas, donde podrás conservar tus piernas, un lugar donde podrás correr  sin fatigarte, un sitio donde no hay  dolor, penas ni amarguras, donde no te destrozarán los brazos con tantas agujas y donde podrás ser quien en la vida se te ha  negado.
Estas más triste que yo ángel, le dijo el niño, por lo visto estar tan cerca de dios te ha mal criado. Si  supieras cuanto aprendí con tantas pruebas y de Dios nunca me he quejado.
Le di a mi madre tal fortaleza que ahora ninguna fuerza lograra derribarla.
 Sé que hoy seré inmortal y si el dolor que he sentido me llevara a la presencia de mi padre cada dolor habrá valido la pena.
No llores por mí ángel. Que hoy tengo la oportunidad de morir en mi casa, donde pase años felices donde estará mi madre. Donde estaré yo cada vez que ella me llame.
Cuando me vengas a buscar no sientas miedo que partiré contigo como te lo han encomendado.
Nunca dudes de Dios que es perfecto y a mi esta vida me lo ha demostrado. No hay sufrimiento suficiente que pueda pagar permitirme estar a su lado.
No sufras por mi ángel del cielo solo llevame hasta donde tienes que hacerlo.
No llores por mí si yo me voy para estar en su presencia antes de tiempo. Si los otros menos afortunados tendrán que permanecer en este calvario al que se  aferran sin remedio.
El ángel tomo al niño y lo asomo por la ventana. Las nubes estallaron en colores. El ángel  sintió que Dios latía en la emoción del niño agonizante.
Al llegar a la pista el ave de metal se poso en la tierra el niño fue llevado a casa donde el ángel muy pronto nuevamente se llevaría. Antes de partir se miraron a los ojos la última mirada que le regalaría en vida…cuando te vuelva a ver también seré un ángel y ya no habrán mas despedidas.

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