Llego la noche igual que ayer, el sueño se escapa con el sol y me dedico a escribir tantas ideas que como fantasmas habitan mi cabeza.
Preparo un café que humeante me acompaña en mis largas horas de desvelo, tratando de plasmar en estas líneas las ideas que me vienen al cerebro.
El reloj en su marcha me indica que es muy tarde y pronto la mañana con todas las responsabilidades me viene a visitar, yo ignoro su marcha y sin importarme escribo otras líneas en absoluta soledad.
Es la noche mi testigo, mi amiga y cómplice desde que descubrí, que el bullicio y la gente impide escucharse, cuando me di cuenta que es difícil concentrarse con la luz del sol aclarando la mirada. Es mejor que la noche con su luna y su silencio te permita estar a solas en silencio. Cuando las manos vuelan inquietas al pensamiento, tratando de inmortalizar estos momentos aunque no se merezcan tanto esfuerzo.
Me siento como un preso condenado a juicio. Mañana estos seres decidirán mi porvenir. Todo lo que he soñado hoy está en sus manos, de gustarles o no depende mi futuro. Si deciden que soy buena me darán las llaves con las que abro el futuro que siempre soñé, seguiré escribiendo por las noches las maravillas que el día me dejara ver. Pero si deciden que soy mala clavarán una duda en mi corazón muchos sueños y esperanzas se habrán terminado y en este calabozo frío y olvidado esperare oculta como todos estos años. Como jueces que son tienen la vida de mucha gente en sus manos sé que no solo yo tengo sueños pues todos los enjuiciados han soñado. Pero quiero ser egoísta e imaginarme que de todos soy yo la escogida que caminare siendo libre por las calles mientras en las orillas todos me miran. Soñare aunque despierte el día de mañana que esos jueces me dan la absolución, todas las penas y dudas se habrán disipado y tendré nuevos motivos para escribir y no el dolor de tantos años viviendo entre rejas, entre gritos y reclamos pagando con creces errores del pasado que ni siquiera con mis manos he consumado.
Mañana cuando despierte estaré tan asustada por momentos optimistas y otros angustiada. Reiré al ver el reloj entusiasmada y en la hora siguiente el nudo en la garganta.
Se llego el momento, la hora señalada el día que se pacto escritas las actas mis verdugos y jueces ahora tendrán cara no serán sombras que en secreto preparan que harán con mis sueños y con mis esperanzas. Llego el día señores la hora señalada, la espera de veinte años terminará, como un juego de barajas donde apuestas tu vida contra la nada del anonimato y la desaparición anticipada.
Llego el día señalado, y tengo tanto miedo que el café humea pero es otra cosa la que me quita el sueño. ¿Por qué el ser humano se empeña en soñar despierto? ¿Por qué nos empeñamos en fijar nuestras vidas en cosas que dependen de otras personas? No sería más fácil aprender a ser feliz en esta celda, no sería mejor acostumbrarme a la idea de morir y ser solo hueso, no soñar con esta aparente libertad que me dará alas a mis sueños a la idea de ser alguien que se inmortalice en el pensamiento.
Quisiera adelantar el tiempo hasta oír la decisión, pero tengo tanto miedo a que no sea lo que quiero escuchar que por un segundo quiero mejor volver atrás para borrar el momento en que me atreví a soñar esas ideas de triunfo que hoy me tienen presa en esta cárcel a merced de mis jueces y es todo tan confuso. Se llego el día tan esperado pero no la hora, y esta angustia me detiene en un silencio abrasador. Ya la decisión está tomada pero no ha sido pronunciada y mi vida en sus manos mi vida tan amada, no sé si seré absuelta o decapitada este puede ser mi testamento, mis últimas palabras. O puede que no sea una despedida sino la llegada de una vida de luces por mi tan anhelada.
Sin embargo hoy puedo suponer muchas cosas la verdad absoluta aun no ha sido pronunciada mi corazón se sale del pecho mientras otros descansan. Descansan mis verdugos y los jueces, descansa la ciudad a mis espaldas, descansan los condenados y los libres. Descansara mi mano de hablar mis esperanzas, descansara mi bolígrafo y el papel que tanto aguanta, descansaran mis pensamientos, descansara la luz de esta ventana, descansara mi cuerpo confundido y con el mis esperanzas, en espera del veredicto de la decisión tan esperada.
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